Bienvenidos al lugar donde os muestro un poco más sobre mí: Soy Silvia. Soy graduada en Psicología y también en Criminología y Seguridad Privada. A lo largo de mi camino profesional, me he ido especializando en distintas áreas que me permiten acompañar a las personas desde una mirada amplia, humana y respetuosa con sus tiempos, historias y heridas.
Estoy habilitada para la práctica clínica gracias al Máster en Psicología General Sanitaria, y he profundizado en la relación entre salud mental y el ámbito legal con el Máster en Psicopatología Legal, Forense y Criminológica. También cuento con formación específica en psicología forense, especialmente en casos de maltrato, y en el trabajo con infancia y adolescencia en contextos judiciales.
Además, me he especializado en psicodiagnóstico infantojuvenil, educación inclusiva y altas capacidades, y en el estudio del apego, el trauma y la psicología perinatal, con una sensibilidad especial hacia las experiencias tempranas y los vínculos afectivos.
Más allá de la formación académica, mi visión de la psicología es profundamente vocacional. Para mí, no es solo una profesión, sino una forma de estar en el mundo, el filtro desde el que comprendo la vida y las relaciones. Sigo formándome de manera continua porque tengo una mente inquieta y el convencimiento de que cada experiencia —propia o ajena— puede enriquecer el acompañamiento que ofrezco.
Disfruto de lo que hago porque es un sueño hecho realidad. Por eso, me esfuerzo cada día para crecer personal y profesionalmente, y brindar un acompañamiento desde el respeto, el amor incondicional (como decía Carl Rogers), y la confianza en los ritmos únicos de cada persona.
Concibo la psicología como una herramienta viva, flexible y adaptada a las necesidades de quien decide ponerse en contacto conmigo. Para mí, cada proceso terapéutico es una oportunidad para caminar junto a alguien, sostener, comprender y, sobre todo, acompañar desde el corazón.
Si has llegado hasta aquí y sientes que puedo ayudarte, será un placer conocerte y acompañarte en tu proceso.
Acompañar a una persona psicológicamente es entrar en contacto con su mundo interno, con sus heridas, sus vínculos, sus recursos y sus formas de sobrevivir. Desde esta comprensión, concibo la terapia como un espacio seguro de reconexión, donde el proceso personal es valorado con respeto, profundidad y cuidado.